Coincidiendo con la publicación del Real Decreto 56/2016, de 12 de febrero, relativa a la eficiencia energética y auditorías en grandes empresas, trasposición de una directiva europea, el pasado 16 de febrero la Comisión Europea publicó un informe dirigido entre otros al propio Parlamento Europeo, con el fin de impulsar una estrategia en climatización más eficiente y sostenible para todo el territorio Europeo.

Al ya conocido interés por orientarse hacia las fuentes de energía renovables, con la consiguiente menor dependencia energética, el informe se focaliza en los consumidores finales. El consumo en calefacción y refrigeración supone el 50% del consumo energético total (datos de 2012). El 45% de éste es climatización residencial y el resto corresponde el 37% a industria y 18% a servicios. Desafortunadamente buena parte del consumo se desaprovecha. El objetivo principal del informe sería pues la disminución del consumo a través de una mejora en la eficiencia, a través de tres medios: mejor aislamiento de los edificios, renovación del equipamiento de climatización y aumento de la automatización.

Sólo los edificios más nuevos están debidamente aislados. Dos terceras partes de los edificios en Europa se construyeron cuando los requerimientos de eficiencia energética eran limitados. El desconocimiento del ahorro que supone a nivel de consumo y la falta de presupuesto de los usuarios finales son algunas de las razones que están impidiendo que los edificios residenciales se adapten mediante materiales de aislamiento térmico para muros y techos o a través del acristalamiento adecuado, entre otros. Una mayor información y una legislación acorde y el apoyo financiero de los gobiernos (ayudas, desgravaciones fiscales) se hacen imprescindibles para impulsar este sector.

En lo referente a la renovación de elementos de climatización, excepto en reformas integrales de edificios o nueva construcción, la renovación suele producirse cuando el equipamiento se estropea y por lo tanto la sustitución se hace con celeridad y escaso conocimiento del sistema más adecuado. Merece la pena dejar en manos de un especialista un análisis sobre los distintos modos de climatizar nuestro hogar e invertir en un sistema que a medio plazo ya va a resultar rentable.

La automatización es otro de los factores a tener en cuenta. Las nuevas tecnologías abren muchas posibilidades respecto a la climatización más adecuada en tiempo real, según la temperatura, la humedad, la época del año o el número de personas que ocupan la casa en un momento determinado.

En cuanto a la industria, que dedica a climatización el 73% de su consumo energético total, malbarata una gran parte de la energía generada y el informe plantea la posibilidad de establecer sinergias con otros entes necesitados de fuentes de calor a quienes derivar su calor residual. El informe sugiere que no sólo se fomente la inversión pública, sino también la movilización de inversores privados.

El potencial de crecimiento de todos estos sectores es evidente, y la estrategia que se está planteando desde la Unión Europea comportará beneficios no sólo medioambientales, sino también de tipo económico y laboral.